enero 11, 2007
Liniers - Macanudo /#5 dic 2006
enero 09, 2007
El Guardián del Portal insiste
Este espacio de silicio, metal y mica fue hallado por pequeñas manos retráctiles. Llevado ante Trasmáfala como ruinas de un motín olvidado él seguirá insistiendo con estos circuitos andrajosos, puenteando las conexiones hasta dar con el quark, hasta mutar andróginos conductores con sus biotendones de la orden. Las arterias del mecanismo se han vuelto más oscuras que antes a causa del deseo del guardián, que es conquistar, implacablemente, las mentes aunque los cuerpos se hayan perdido.
Dibujo: Luis Di Donna "Guardián"
Solo tú eres más
Solo Tú eres más
Vos sos más mujer.
Te escondés en ese traje masculino.
Sos más mujer.
Tiemblás ante la verdad de ser
mas mujer
Vida de hombres, nombre de hombre
pero solo eres
mujer.
Diría una mentira si afirmara la
totalidad de tu femineidad.
Eres caballero, dócil, tierno, seguro.
Pero eres mujer. Hombre y mujer.
La barba no significa nada. Tu
nuez de Adán tampoco.
¿Acaso el arito te hace doncella? ¿Y el pelo largo?
Es cierto, no tienes pechos femeninos
pero tampoco el delirio varonil.
Sos muy mujer para ser hombre.
Sos muy macho para ser mujer.
Y te revienta la cabeza aceptar que te
gustaría amamantar a tus hijos.
O que en pleno éxtasis seas penetrado
por una lengua ardiente...
Y mostrar tu pelo tan indecentemente
como lo hacen ellas.
A no confundir: eres lo que eres.
Un poco hombre, un poco mujer.
Seduces como serpiente y caes en tu misma
tentación cual Eva moderna.
Eres camino y horizonte.
No eres mina, ni perra, ni atorranta; solo dije mujer.
Una mujer fuerte y decidida. Una dama con todas las letras.
Delicado. Sensible. Cauto. Fuerte. Algo odiosa, algo diosa...
Inseguro.
Tus fantasías son gusanos que te crecieron a lo largo de los años.
No dudes de admirar sus alas. Quizá sean las mariposas de los sueños.
El sexo no es nada, si es una cosa.
Somos sexo y amamos la vida. Tu insinuación femenina te hace mas hombre.
Y tu desaforada poesía
te hace mas mujer.
Eres deseado por todas.
Los hombres estarán siempre solos; terribles, aburridos.
Y las mujeres morirán en el rincón
de las costumbres; insaciables materialistas.
Solo tu eres más,
pensálo.
___________________________________
Marcelo Meza - Derechos reservados © 2007
Obra plástica: Guillermo Vidal - "Teotokos"
enero 08, 2007
Gotán - Juan Gelman
GOTÁN
Esa mujer se parecía a la palabra nunca,
desde la nuca le subía un encanto particular,
una especie de olvido donde guardar los ojos,
esa mujer se me instalaba en el costado izquierdo.
Atención atención yo gritaba atención
pero ella invadía como el amor, como la noche,
las últimas señales que hice para el otoño
se acostaron tranquilas bajo el oleaje de sus manos.
Dentro de mí estallaron ruidos secos,
caían a pedazos la furia, la tristeza,
la señora llovía dulcemente
sobre mis huesos parados en la soledad.
Cuando se fue yo tiritaba como un condenado,
con un cuchillo brusco me maté,
voy a pasar toda la muerte tendido con su nombre,
él moverá mi boca por la última vez.
______________________________________________
Juan Gelman - Gotan, Ediciones LA ROSA BLINDADA, Buenos Aires. Dic 1962
Obra plástica: Ricardo Carpani Tango Pasión.1992.Acrílico sobre tela.70 X 50 cm.
Este poeta excepcional nació en Buenos Aires —en el histórico barrio de Villa Crespo— en 1930. Su primera obra publicada, Violín y otras cuestiones, prologada entusiastamente por otro grande de la poesía, Raúl González Tuñon, recibió inmediatamente el elogio de la crítica. Considerado por muchos como uno de los más grandes poetas contemporáneos, su obra delata una ambiciosa búsqueda de un lenguaje trascendente, ya sea a través del "realismo crítico" y el intimismo, primeramente, y luego con la apertura hacia otras modalidades, la singularidad de un estilo, de una manera de ver el mundo, la conjugación de una aventura verbal que no descarta el compromiso social y político, como una forma de templar la poesía con las grandes cuestiones de nuestro tiempo.
Enredaderas del ocaso - María Meleck Vivanco
Enredaderas del ocaso
Son monedas de tréboles o monedas de agua? Compramos
seis grilletes para el temblor
Dioses de la periferia, no podrán engañarnos Cuentan con el
sangrado sobre la piedra inerte Esa carta del monte, enceguecida
en su verdor
Por millones de eclipses, desaliño en los árboles la fábula
perfecta El río impenetrable obseso de palomas Tornado de
cuchillos sin muerte Juez del pánico que saltar el mundo
que hace enredar la vida y levantar esencias de fruta enamorada
Sus memorias, sus tactos que sueltan mariposas
Enredaderas del ocaso Cortinado de besos, que cuesta
Descorrer
Con largos bramidos de luna, dibujé animales que habrían de
conocer mi nombre Y en el furor del aguacero, olí una doble fila de
perfumes Los duendes del insomnio y el cielo rojo, incendiaron la
hierba
Estrañamente cruel, refundada de espejos que cortaban el aire,
opté por la aventura La oropéndola devoradora de su propio
capullo
Los tiernos cirujanos, desangraban las flores como si fueran
mis costillas
Entonces permanecí desnuda, sobre la mesa helada del
hospicio
Estoy a salvo Los rostros no se quedan en mí
Por casi nada, invado su lengua silenciosa Entonces, él me
destruye en éxtasis El muy amado, dibuja de memoria mi corazón
La profecía, repite la mixtura
Todo está disponible Todo el velamen tenso de un monte
entre abejorros Con sangría esotérica, emparejando
Empieza el frenesí a reventar la grieta Cada dos madrugadas
se trasparenta el sexo Y se agitan las llaves del milagro La balsa
cadavérica que desplaza la luna
Siete de velo, arrima fuerte su azul cobalto El ajedrez
jaqueando, duele como ninguno Hojas despavoridas, tienen menudas
trampas que sacuden recuerdos
Rojo en el rojo Azul en el Azul
Azar que amarillea las primicias Las palabras, como oro de
moneda imperial
Desde el centro, el espejismo descarrila los trenes
_______________________________________
María Meleck Vivanco
Fuente: Revista Ñ, Nº 153, 1º sep 2006.
Obra plástica:"El guardián de los sueños", acrílico sobre lienzo 0,60 x 0,80 mts© Dino Masiero Sauber
María Meleck Vivanco, Cordoba, 1921.
Llegó a Bs. As. en 1943. Frecuentó a Aldo Pellegrini, Enrique Molina, Carlos Latorre, Oliverio Girondo, J. J. Ceselli y Francisco Madariaga, entre otros. Multipremiada. Fue la más joven integrante del primer movimiento surrealista argentino. Sus libros de poemas son Taitacha, Temblores, Hemisferio de la rosa, Rostros que nadie toca, Los infiernos solares, Balanza de ceremonias y Canciones para Ruanda.
"Deseo aclarar el "dilema" de mi nacimiento. Fue en la provincia de Córdoba al Oeste, en el valle de San Javier (tras las sierras de Comechingones). Con un entorno de pequeñas cordilleras y montes poblados de inagotable riqueza natural, que culminan con el majestuoso pico Champaquí, de 2700 metros sobre el nivel del mar. El valle, mi amado terruño, mi chunka, se haya cubierto por un monte áspero, de una vegetación achaparrada y espinosa donde viven alimañas arcaicas. Lagartos, escorpiones, matuastos, quitilipes, y aves de rapiña. También pumas y cóndores con extraños nombres heredados del habla Inca del Alto Perú, la cual endulza singularmente el acento español de los "conquistadores" y acrecienta nuestra devoción hacia lo vernáculo, con la historia sagrada de sus dioses legendarios". "Más adelante, el grupo se aproxima (1945 y 46) a Aldo Pelegrini, Oliverio Girondo y su mujer Norah Lange. Podría hacer un libro con las famosas anécdotas insólitas y muy divertidas que se generaban noche tras noche en nuestra exaltada bohemia. El principal lugar de reunión, era el restaurante "Robino" (años 46, 47 y 48), cito en Ángel Gallardo y Corrientes, a una cuadra del tranvía 5 que tomábamos invariablemente para regresar a nuestros lugares de madrugada y en patota. Allí se hablaba de radicalismo, socialismo y también de política de ultra izquierda. Éramos como revolucionarios líricos fascinados por la figura emblemática de Trosky y admirábamos profundamente al surrealismo francés de Bretón y sus manifiestos. Pero también tarareábamos viejos tangos nostálgicos, memorizando sus letras de total poesía. Comíamos por monedas, abundante y sabroso. Bebíamos "tintillo" por demás con interminables débitos y la paciencia leal y generosa de esos gallegos dueños del negocio, tan delirantes que se habían convertidos en compinches de los "jóvenes intelectuales de la noche porteña". (Fragmento de la Entrevista con Raúl Henao, Medellín)
Son monedas de tréboles o monedas de agua? Compramos
seis grilletes para el temblor
Dioses de la periferia, no podrán engañarnos Cuentan con el
sangrado sobre la piedra inerte Esa carta del monte, enceguecida
en su verdor
Por millones de eclipses, desaliño en los árboles la fábula
perfecta El río impenetrable obseso de palomas Tornado de
cuchillos sin muerte Juez del pánico que saltar el mundo
que hace enredar la vida y levantar esencias de fruta enamorada
Sus memorias, sus tactos que sueltan mariposas
Enredaderas del ocaso Cortinado de besos, que cuesta
Descorrer
Con largos bramidos de luna, dibujé animales que habrían de
conocer mi nombre Y en el furor del aguacero, olí una doble fila de
perfumes Los duendes del insomnio y el cielo rojo, incendiaron la
hierba
Estrañamente cruel, refundada de espejos que cortaban el aire,
opté por la aventura La oropéndola devoradora de su propio
capullo
Los tiernos cirujanos, desangraban las flores como si fueran
mis costillas
Entonces permanecí desnuda, sobre la mesa helada del
hospicio
Estoy a salvo Los rostros no se quedan en mí
Por casi nada, invado su lengua silenciosa Entonces, él me
destruye en éxtasis El muy amado, dibuja de memoria mi corazón
La profecía, repite la mixtura
Todo está disponible Todo el velamen tenso de un monte
entre abejorros Con sangría esotérica, emparejando
Empieza el frenesí a reventar la grieta Cada dos madrugadas
se trasparenta el sexo Y se agitan las llaves del milagro La balsa
cadavérica que desplaza la luna
Siete de velo, arrima fuerte su azul cobalto El ajedrez
jaqueando, duele como ninguno Hojas despavoridas, tienen menudas
trampas que sacuden recuerdos
Rojo en el rojo Azul en el Azul
Azar que amarillea las primicias Las palabras, como oro de
moneda imperial
Desde el centro, el espejismo descarrila los trenes
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María Meleck Vivanco
Fuente: Revista Ñ, Nº 153, 1º sep 2006.
Obra plástica:"El guardián de los sueños", acrílico sobre lienzo 0,60 x 0,80 mts© Dino Masiero Sauber
María Meleck Vivanco, Cordoba, 1921.
Llegó a Bs. As. en 1943. Frecuentó a Aldo Pellegrini, Enrique Molina, Carlos Latorre, Oliverio Girondo, J. J. Ceselli y Francisco Madariaga, entre otros. Multipremiada. Fue la más joven integrante del primer movimiento surrealista argentino. Sus libros de poemas son Taitacha, Temblores, Hemisferio de la rosa, Rostros que nadie toca, Los infiernos solares, Balanza de ceremonias y Canciones para Ruanda.
"Deseo aclarar el "dilema" de mi nacimiento. Fue en la provincia de Córdoba al Oeste, en el valle de San Javier (tras las sierras de Comechingones). Con un entorno de pequeñas cordilleras y montes poblados de inagotable riqueza natural, que culminan con el majestuoso pico Champaquí, de 2700 metros sobre el nivel del mar. El valle, mi amado terruño, mi chunka, se haya cubierto por un monte áspero, de una vegetación achaparrada y espinosa donde viven alimañas arcaicas. Lagartos, escorpiones, matuastos, quitilipes, y aves de rapiña. También pumas y cóndores con extraños nombres heredados del habla Inca del Alto Perú, la cual endulza singularmente el acento español de los "conquistadores" y acrecienta nuestra devoción hacia lo vernáculo, con la historia sagrada de sus dioses legendarios". "Más adelante, el grupo se aproxima (1945 y 46) a Aldo Pelegrini, Oliverio Girondo y su mujer Norah Lange. Podría hacer un libro con las famosas anécdotas insólitas y muy divertidas que se generaban noche tras noche en nuestra exaltada bohemia. El principal lugar de reunión, era el restaurante "Robino" (años 46, 47 y 48), cito en Ángel Gallardo y Corrientes, a una cuadra del tranvía 5 que tomábamos invariablemente para regresar a nuestros lugares de madrugada y en patota. Allí se hablaba de radicalismo, socialismo y también de política de ultra izquierda. Éramos como revolucionarios líricos fascinados por la figura emblemática de Trosky y admirábamos profundamente al surrealismo francés de Bretón y sus manifiestos. Pero también tarareábamos viejos tangos nostálgicos, memorizando sus letras de total poesía. Comíamos por monedas, abundante y sabroso. Bebíamos "tintillo" por demás con interminables débitos y la paciencia leal y generosa de esos gallegos dueños del negocio, tan delirantes que se habían convertidos en compinches de los "jóvenes intelectuales de la noche porteña". (Fragmento de la Entrevista con Raúl Henao, Medellín)
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